**Foto portada Ilustrativa
El protocolo del Gobierno federal divide en tres las zonas del país donde potencialmente corren algún riesgo: alto, medio y bajo, y el personal asignado depende precisamente de esas características.
Si la región es muy peligrosa –alto riesgo en el argot usado por las autoridades- se necesitará una nube de elementos, armas, vehículos, equipos y otros avituallamientos.
Exactamente diez soldados y ocho vehículos para cada uno.
Si el riesgo es menor –medio, en el lenguaje especializado-, las necesidades también disminuyen, pero no tanto: ocho soldados y tres vehículos.
Y si se le considera de bajo riesgo en idea simple, porque el INE no ha presentado el mapa de riesgo reclamado por los partidos, solamente le serán asignados dos militares y un vehículo a cada solicitante.
CARGA A ESTADOS
Hasta aquí hablamos de candidatos a cargos federales:
Tres a la Primera Magistratura, pero una cantidad multiplicada para los demás porque hay varios pretendientes para cada una de las 128 senadurías y las 500 diputaciones.
Si la operación fuera elemental, hablaríamos de los dos frentes -el del gobierno y el de la oposición- más Movimiento Ciudadano (MC), lo cual triplica la demanda: 628 por tres, o sea mil 884 candidatos.
Con lo infinito de esta demanda, ese número resulta insignificante ante quienes buscan alcanzar alguna de las nueve gubernaturas -la Ciudad de México incluida-, diputaciones locales, presidencias municipales, regidurías, etcétera.
Está claro: el ámbito federal lo atienden Ejército, Marina, Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero en lo local corresponde a estados y municipios.
¿De dónde?
Ellos sabrán cómo rascarse, porque desde el centro se les responsabiliza y si fallan, sufrirán una embestida como el gobernador Diego Sinhue y el fiscal Carlos Zamarripa tras el crimen de Gisela Gaytán.
Con un efecto colateral: para brindarles protección a esos privilegiados sería necesario quitar a la población en general policías, patrullas, vehículos y un sinfín de recursos.
Un dilema sin solución de fondo -y mi fuente resume en un visaje su preocupación porque las Fuerzas Armadas están dedicadas a mil tareas y no disponibles para esta violencia política emergente.
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