23 diciembre, 2024

Estrictamente Personal… “La paradoja del parlanchín”

 

* Arturo Zaldívar y Julio Scherer fueron dos piezas fundamentales para López Obrador en una época marcada por el terror político y judicial sin contrapesos.
* La investigación parte de una denuncia anónima de 32 páginas presentada después de la revelación del Presidente, en cuyo tercer párrafo señalan como una confesión de López Obrador “su influencia en decisiones de jueces y magistrados del Poder Judicial federal”. [Fotografía. Daniel Augusto/Cuartoscuro]

El mayor daño autoinfligido del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyas consecuencias apenas se van a empezar a cuantificar, probablemente es su declaración del pasado 21 de febrero, cuando reveló que intervenía en la Suprema Corte de Justicia y le pedía al entonces titular del Poder Judicial, Arturo Zaldívar, que “ayudara” hablando con los jueces, para que cambiaran sus resoluciones. Ese mismo día, tras la mañanera donde hizo pública la colusión de Zaldívar con él, la consejera jurídica de la Presidencia, María Estela Ríos, le explicó la gravedad de sus palabras, pero el Presidente se carcajeó. No entendía lo que había hecho y una semana después, al tratar de sofocar el escándalo, dijo que sólo intervenía en la Corte cuando se trataba de “asuntos de Estado”.

Sin ver la dimensión de lo que había dicho construyó inopinadamente el edificio para la investigación más importante que haya realizado jamás el Poder Judicial, anunciada el viernes pasado en contra de Zaldívar y varios ex altos funcionarios de la Corte, ligados a Julio Scherer, en ese entonces superpoderoso consejero jurídico de la Presidencia, por “vulnerar la autonomía e independencia” del Poder Judicial, “con la intención de satisfacer intereses personales y de terceros”.
La investigación parte de una denuncia anónima de 32 páginas presentada después de la revelación del Presidente, en cuyo tercer párrafo señalan como una confesión de López Obrador “su influencia en decisiones de jueces y magistrados del Poder Judicial federal, reconociendo que, valiéndose del servilismo de Zaldívar, lo llamaba para que interviniera en diferentes procesos judiciales en beneficio de sus intereses, (dejando) claro que el exministro sacrificó la independencia del Poder Judicial a cambio de tener personalmente el favor del líder del partido en el poder, y con ello asegurar su futuro político y satisfacer su necesidad de protagonismo”.
Zaldívar, en efecto, fue premiado por el Presidente. No logró que se reeligiera, por la enorme violación a la Constitución, pero cuando renunció a la Corte un año antes de terminar su periodo, para que López Obrador pudiera colocar su última ministra, el Presidente le ofreció ser secretario de Gobernación en el gobierno de Claudia Sheinbaum. Zaldívar le dijo que serviría mejor a sus propósitos para reformar el Poder Judicial como consejero jurídico de la Presidencia, y lo mandó a trabajar la iniciativa a su campaña presidencial.

El Financiero

Estrictamente Personal
La paradoja del parlanchín
Arturo Zaldívar y Julio Scherer fueron dos piezas fundamentales para López Obrador en una época marcada por el terror político y judicial sin contrapesos.
Raymundo Riva Palacio
Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal

La investigación parte de una denuncia anónima de 32 páginas presentada después de la revelación del Presidente, en cuyo tercer párrafo señalan como una confesión de López Obrador “su influencia en decisiones de jueces y magistrados del Poder Judicial federal”. [Fotografía. Daniel Augusto/Cuartoscuro] La investigación parte de una denuncia anónima de 32 páginas presentada después de la revelación del Presidente, en cuyo tercer párrafo señalan como una confesión de López Obrador “su influencia en decisiones de jueces y magistrados del Poder Judicial federal”. [Fotografía. Daniel Augusto/Cuartoscuro]

abril 15, 2024 | 7:16 hrs
Raymundo Riva Palacio

El mayor daño autoinfligido del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyas consecuencias apenas se van a empezar a cuantificar, probablemente es su declaración del pasado 21 de febrero, cuando reveló que intervenía en la Suprema Corte de Justicia y le pedía al entonces titular del Poder Judicial, Arturo Zaldívar, que “ayudara” hablando con los jueces, para que cambiaran sus resoluciones. Ese mismo día, tras la mañanera donde hizo pública la colusión de Zaldívar con él, la consejera jurídica de la Presidencia, María Estela Ríos, le explicó la gravedad de sus palabras, pero el Presidente se carcajeó. No entendía lo que había hecho y una semana después, al tratar de sofocar el escándalo, dijo que sólo intervenía en la Corte cuando se trataba de “asuntos de Estado”.

Sin ver la dimensión de lo que había dicho construyó inopinadamente el edificio para la investigación más importante que haya realizado jamás el Poder Judicial, anunciada el viernes pasado en contra de Zaldívar y varios ex altos funcionarios de la Corte, ligados a Julio Scherer, en ese entonces superpoderoso consejero jurídico de la Presidencia, por “vulnerar la autonomía e independencia” del Poder Judicial, “con la intención de satisfacer intereses personales y de terceros”.

La investigación parte de una denuncia anónima de 32 páginas presentada después de la revelación del Presidente, en cuyo tercer párrafo señalan como una confesión de López Obrador “su influencia en decisiones de jueces y magistrados del Poder Judicial federal, reconociendo que, valiéndose del servilismo de Zaldívar, lo llamaba para que interviniera en diferentes procesos judiciales en beneficio de sus intereses, (dejando) claro que el exministro sacrificó la independencia del Poder Judicial a cambio de tener personalmente el favor del líder del partido en el poder, y con ello asegurar su futuro político y satisfacer su necesidad de protagonismo”.

Zaldívar, en efecto, fue premiado por el Presidente. No logró que se reeligiera, por la enorme violación a la Constitución, pero cuando renunció a la Corte un año antes de terminar su periodo, para que López Obrador pudiera colocar su última ministra, el Presidente le ofreció ser secretario de Gobernación en el gobierno de Claudia Sheinbaum. Zaldívar le dijo que serviría mejor a sus propósitos para reformar el Poder Judicial como consejero jurídico de la Presidencia, y lo mandó a trabajar la iniciativa a su campaña presidencial.

El golpe a la República
Por eso arreciaron las presiones al INE y al TEPJF, y por eso la estrategia de desmotivar a la ciudadanía. Los 28 o 30 millones de votos que puede conseguir la coalición oficial alcanzan para ganar si la participación es de 52 o 55%, pero no si supera 60%. [Fotografía. Moisés Pablo Nava/Cuartoscuro]

La pesquisa que abrió Herbert Torres Coello, titular de la Unidad General de Investigación de Responsabilidades Administrativas, fue calificada por Zaldívar como una “cacería de brujas” donde era “evidente la intencionalidad política” que buscaba “una especie de revancha contra la 4T”. Lo que ocultó Zaldívar es que entre 2019 y 2022 se abrieron en su contra 283 investigaciones por denuncias anónimas, que no es un procedimiento irregular o ilegal, sino que por estatuto deben indagarse. La ministra presidenta de la Corte, Norma Piña, por ejemplo, tiene 68 denuncias anónimas del año pasado a la fecha.

No deja de ser una ironía que aquella declaración de López Obrador se hubiera dado como reacción a un fallo en tribunales la víspera, que le permitió al exdirector de Pemex Emilio Lozoya continuar su proceso en libertad por el caso de Odebrecht, porque ni siquiera reparó en las contradicciones. Lozoya siempre estuvo libre mientras se defendía hasta octubre de 2021, cuando la columnista Lourdes Mendoza publicó una fotografía donde estaba cenando en el mejor restaurante chino del país, lo que provocó furor ante la percepción de impunidad. Lozoya, además, había fraguado un acuerdo originalmente con Scherer, para denunciar a políticos de renombre del PRI y del PAN de haber recibido dinero de Odebrecht para campañas políticas a cambio de su libertad.

Scherer, figura central de la investigación, fue quien promovió a Zaldívar para llegar a la titularidad del Poder Judicial y quien lo acercó con el Presidente. Jueces y magistrados celebraron cuando presentó su renuncia como consejero jurídico a fines de agosto de 2021, porque decían que se librarían de las duras presiones que ejercía para que modificaran fallos o favorecieran a quienes les indicaba. La denuncia anónima detalla lo que presumiblemente hacía Scherer con Zaldívar, y en la investigación determinarán si, como se afirma, tenía como subordinado para esos fines al brazo derecho del exministro, Carlos Alpízar.

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